La tecnología nos ayuda. Y lo hace cada vez a pasos más agigantados. Podrá haber quien la critique más o la critique menos, quien se muestre más supersticioso o quien confíe más en ella. Pero seguro que hasta los que muestran una predisposición más negativa a las tecnologías utilizan WhatsApp, tienen redes sociales o ven o se descargan una película, o escuchan música, a través de Internet. Nada ni nadie lo puede negar: estamos condicionados por Internet y por las nuevas tecnologías. Y, sin ellas, nos sentimos perdidos, desamparados y asustados.