Disfrutar de una copa de buen vino no es complicado. Basta con un buen vino y una copa, elegir el mejor momento del día, el mejor lugar y, disfrutar del caldo, en buena compañía, con una buena comida o cena, o sencillamente, mientras lees un libro o ves tú programa de televisión favorito. Resulta algo sencillo de llevar a la práctica, accesible a todo el mundo y que se puede hacer sin necesidad de nada más que las ganas de disfrutar del momento.
Sin embargo, podemos diferenciar a los amantes del vino en dos grandes grupos: los fervorosos sibaritas que hacen de la cata todo un arte y un evento; y los menos fervorosos que gozan de la simplicidad del momento. En cualquiera de los casos, el vino es una de esas bebidas que vale la pena conocer y degustar como corresponde. Una buena añada será mejor si la sirves en una copa adecuada y la temperatura correcta. Aunque no seamos muy sibaritas y ortodoxos, no está de más conocer algunos de los artículos, objetos o artilugios que hacen posible que, abrir y servir una botella de vino, se convierta en todo un arte. Un ritual que va más allá de lo mundano.
Con la intención de conocer más a fondo todo lo que acontece, o puede acontecer, en ese ritual y lo necesario para que la apertura de una botella, sea toda una experiencia, nos hemos acercado a Giona Company, profesionales en el sector de suministros para hostelería. De su mano, hemos conocido algunos de los artículos más sofisticados y necesarios para hacer que una cata de vinos, sea algo que va más allá de lo sensorial. El mundo del vino, tan fascinante para muchos, no deja de sorprender con utensilios diseñados específicamente para este uso. Se trata de artículos cada vez más originales y prácticos, diseñados con la finalidad de facilitar y mejorar la experiencia de degustar los diferentes vinos.
Los más comunes y habituales
Podemos definir a los utensilios del vino como los elementos utilizados para preparar y disfrutar del vino en todas sus fases: desde el descorche, hasta la degustación. No solemos caer en la cuenta ni reparar en ello, de que el mundo del vino, dispone de una serie de accesorios que convierten la degustación del mismo en toda una ceremonia cargada de rituales, como ya hemos comentando. Algunos de esos utensilios, son de uso común y más que habituales en las cocinas de cualquier hogar. Sin embargo otros, están reservados de forma particular a los paladares más exigentes y, otros casi en exclusiva para los profesionales.
Empezaremos la lista, con una de las herramientas básicas e imprescindibles para degustar el vino: el sacacorchos. Con esta herramienta, se abren las botellas, razón por la cual, es el elemento básico imprescindible. Existen diversos tipos, manuales o automáticos en función de su mecanismo. E incluso, eléctricos que funcionan con batería o a través de la corriente eléctrica. Los manuales, son, como todos sabemos, aquellos que se accionan por la fuerza humana. Pueden ser de rosca, de alas, de láminas, de dos tiempos, palanca, neumáticos y eléctricos.
Otro objeto muy popular y conocido, al menos por la mayoría, entre los cuales cabe señalar, yo no me encuentro, es el cortacápsulas. Este utensilio sirve para quitar la capsula que cubre el cuello de la botella y facilitar así su descorche. La cápsula, sirve como protección del corcho y, por lo tanto, evita deterioros. Al mismo tiempo, tiene una función estética puesto que en ella se plasma el diseño que lleve la botella. Al cortarse la cápsula, el corcho queda expuesto y listo para ser extraído por el sacacorchos.
Contar con un decantador para servir el vino, es un signo de elegancia y distinción. Aquí ya podemos atisbar que quien lo sirve, es amante del vino. Se trata de un recipiente, por lo general, de vidrio, cuya finalidad es decantar el vino. Es decir, traspasar el vino de la botella a un recipiente más ancho que permita y facilite su oxigenación, la separación de los posos y mejorar la degustación.
Por supuesto, las copas. Sin una buena copa, el vino no se puede disfrutar como merece. En la copa, reposa el caldo y se produce la magia que hace que degustar el vino, sea un deleite para el paladar. Existen diferentes formas, tamaños y tipos en función del tipo de vino a consumir.
El termómetro, es otro elemento que no está de más a la hora de comprobar si el vino se encuentra en su temperatura óptima antes del servicio. Los aros antigoteo, se añaden al cuello de la botella para evitar el derramamiento o goteo del vino tras servirlo, evitando las machas en el mantel o la ropa. Se trata de elementos bastante habituales que suelen formar parte de cualquier kit de cata.
Otros artículos que puedes encontrar de forma habitual, son las bombas de vacío que sacan el aire de la botella, de manera que se evita el contacto del aire con el vino y por tanto, la oxidación del mismo. La cubitera que no necesita mucha presentación, es el lugar ideal para mantener fresco el vino, sobre todo el blanco o los espumosos. Las mangas enfriadoras, ofrecen la misma finalidad, pero tratándose de una funda enfriada en el congelador y en la cual se mente la botella, manteniéndose fresca.
Innovaciones curiosas y útiles en el mundo del vino
Aunque ya los hayamos mencionado anteriormente, algunos de los artículos diseñados para disfrutar de un vino, han innovado notablemente. Es el caso del citado sacacorchos que, en su versión eléctrica, cuenta ya con un cable USB para recargarlo, luces LED y doble alimentación con pilas o corriente eléctrica.
Respecto a las bombas de vacío, se trata de un artículo habitual el caso de amantes del vino que saben que de no consumirse en el momento, el vino se oxida y cuentan con una de estas bombas. Es posible encontrarlas para uso doméstico, algo que antes no era tan sencillo y funcionan con tapones específicos. Estas bombas mantienen la botella cerrada al tiempo que extrae el aire de su interior, evitando la oxidación del vino y conservando sus propiedades organolépticas, más tiempo. Existen modelos de mayor sofisticación y modelos más sencillos, con un solo tapón y de tamaño reducido.
Para los vinos espumosos o de aguja, de los que se habla bastante menos, podemos encontrar tapones específicos. Pensados y diseñados para la conservación de cavas o vinos de burbuja sin que se oxiden y, por supuesto, no pierdan el gas que los caracteriza.
Volviendo a los termómetros, de los cuales ya hicimos mención, debemos señalar que, en la actualidad, podemos encontrar termómetros de diversos tipos. Para los más sibaritas, servir el vino a la temperatura óptima de servicio es esencial. Un termómetro es fundamental para hacerlo posible, por lo que podemos contar con una amplia variedad que va desde los termómetros analógicos hasta los digitales. Pasando por las tiras y cintas que se pegan a la botella y miden su temperatura, el clásico que se introduce en la botella y toma la temperatura sobre el caldo, infrarrojos que no requieren su introducción, miden la temperatura mediante rayos infrarrojos o digitales que, se colocan rodeando la botella. Son muy sofisticados y proporcionan la temperatura en segundos.
En cuanto a los decantadores, la innovación reside en unos pequeños utensilios aireadores que pueden encontrase en versión manual y eléctrica. Suelen ser de forma ovoide y sirven para airear el vino, mientras que otros, lo escancian con un pequeño grifo incorporado.
El trabajo del sumiller es poco reconocido para una gran mayoría, pero no se puede reducir a una pequeña máquina. No obstante los amantes del vino y la tecnología, pueden encontrar un sumiller digital que se introduce en la copa de vino y ofrece toda la información relevante sobre el mismo. Mediante una aplicación del móvil, es posible conocer todas las características enológicas el vino que se está degustando.
A modo de capricho y extravagancia, no podemos olvidar en esta lista los escarchadores. Estos enfriadores rápidos de copa son un verdadero capricho, debido a su elevado coste. Eso sí, cuando el uso que se le va a dar es continuado, se amortiza rápido. Se trata de un aparato que enfría las copas rápidamente, evitando goteos. Su uso, está destinado a la hostelería, de ahí que se considere un capricho a nivel doméstico.
Bien es sabido por todos que el mundo del vino es tan apasionante como sorprendente. Todo lo que rodea a este particular universo se inicia en los campos de cultivo de la vid y finaliza con la cata del resultado obtenido. Como se puede comprobar, cada vez existe mayor especialización y sofisticación en todo lo que rodea al servicio, no solo a su producción y posterior degustación. Se pone especial atención a la forma en la que se almacena y, por supuesto, sirve cada copa a un comensal para que el deleite, sea absoluto. No puede ser de otra manera, a los que han probado un vino bien servido, saben apreciar la diferencia entre seguir algunos pasos previos, o simplemente, descorchar la botella, servir y beber.