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Formación y seguridad, las claves del trabajo en la era de las tecnologías

Cuando tenemos que desempeñar alguna actividad laboral, sea cual sea, lo más importante que debemos de tener en cuenta es que siempre debemos de llevarla a cabo con un nivel de seguridad óptimo y es que las desgracias siempre aparecen, así que debemos de trabajar mucho la prevención con el fin de reducir la siniestralidad al mínimo. Hoy en día, por suerte, cada vez estamos más concienciados de esta realidad, sin embargo, lo cierto es que existió una época en nuestro país en la que primaba más la velocidad que la calidad y el sacar el trabajo adelante en detrimento de la seguridad. Una época en la que la siniestralidad laboral repuntó hasta niveles insospechados y que, hoy en día, en parte gracias a la crisis del sector de la construcción y, en gran medida, por las campañas de concienciación y de vigilancia de la seguridad laboral, se ha ido disminuyendo poco a poco hasta unos niveles que, aunque como todo en esta vida, son mejorables, lo cierto es que ya son bastante buenos. Pero lo cierto es que nunca debemos descuidar la seguridad en el trabajo.

En nuestro país, tenemos en vigor la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de Riesgos Laborales, que regula todos los supuestos de la prevención y de la seguridad en todos los entornos laborales regulados de España. Se trata de un texto que no deja lugar a dudas y gracias al cual, todo el mundo puede conocer cuales son las partes implicadas en una actividad laboral, así como en un accidente de trabajo y, por supuesto, cuales son los deberes, derechos y obligaciones de cada una de las partes. En ella se expresa también que la formación forma una de las partes indispensables para el desarrollo de toda actividad laboral de forma segura, ya que gracias al estudio pormenorizado y adaptado a nuestras necesidades de cada uno de los riesgos específicos que podemos correr en nuestra empresa, tendremos la capacidad de ponerles solución mediante diferentes acciones o, en el caso de que eliminarlos no sea posible, contaremos con la información suficiente para poder reducirlos lo máximo que esté en nuestras manos.

La formación, como os decimos, es una de las claves existentes para que un empleo se pueda desarrollar con seguridad, dado que, conociendo de primera mano cada una de las casuísticas específicas de nuestro centro de trabajo, estaremos capacitados para poder afrontar cualquier situación de peligro que se nos ponga por delante. En el caso de la construcción, sector del que os venimos hablando desde el comienzo del post, realizar actividades formativas es prácticamente más esencial que en ningún otro y esto se debe a que venimos de una etapa, de unos años, en los que la seguridad era algo secundario y, aunque los años han pasado, muchos de los trabajadores siguen siendo los mismos, es por ellos que es más importante trabajar este tema. Workprotec es una empresa que se dedica a este tipo de acciones formativas en las cuales consigue un gran éxito. Además, sus años de experiencia en trabajos en altura les capacitan y son seña de su garantía de buen hacer, es por ello por lo que, a la hora de pensar en llevar a cabo cualquier tipo de acción relacionada con la formación de trabajadores o empresarios, contar con ellos es, quizá, la mejor opción del mercado actual.

Los equipos de protección individual, otra garantía de seguridad laboral

Las actividades formativas tienen una gran relevancia y su índice de aceptación es bastante elevado, sin embargo, para que estas funcionen, debemos de acompañarlas de haber dotado a todos nuestros trabajadores de los equipos de protección individual, a los que conocemos como EPI que sean necesarios para cada uno de los puestos de trabajo. Unos equipos, que en función de la tarea laboral pueden ir desde unos simples guantes, botas de seguridad y casco a otros sistemas mucho más complejos como los que emplean los buzos en rescates o los trabajadores que se exponen a sustancias tóxicas o radioactivas. Además, en la actualidad, los trabajadores no solo cuentan con la ayuda de los EPI, sino que también les debemos de sumar los equipos de protección colectiva, los cuales, de forma pasiva, protegen a un grupo de empleados de posibles accidentes laborales, con el fin de que puedan desarrollar su actividad de forma segura.

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