Algunas tiendas de muebles hacen ofertas en verano. Por otro lado, algunas empresas de reformas lanzan interesantes descuentos para los meses de julio y agosto. El verano es un buen momento para darle una mano a la casa y actualizar su apariencia antes de que nos volvamos a recluir en ella en invierno.
La idea de este artículo me surgió cuando después de pasar un buen rato mirando muebles por internet, pues estoy pensando en cambiar mi mesa de despacho, vi que varias tiendas online de muebles estaban en rebajas.
Esa misma tarde, un amigo me dijo que había recibido un e-mail de una empresa que le indicaba que reformaba su cocina con un 10% de descuento. Lo recibió sin haber pedido ningún presupuesto. ¿Quién dice que en verano todo está muerto? ¿Qué la economía se pone al ralentí?
En verano es cierto que tenemos más tiempo para el ocio, pero también lo tenemos para invertirlo en nuestra casa, para ponerla al día. Para arreglarla y dejarlo todo dispuesto para el otoño – invierno, que coincide con la época del año en la que más la disfrutamos.
Esto, las empresas que realizan alguna actividad relacionada con el hogar lo saben, y por eso aprovechan la ocasión. Además, en verano, que hacemos más vida fuera de casa, nos importunan menos los operarios si tienen que reformar la cocina o tienen que hacer obras en el baño.
Los cambios de muebles y las reformas que acometemos en verano son más profundos. No se trata de hacer un pequeño apaño. Como dicen los fabricantes de Goterris, una fábrica y tienda de muebles de Castellón que lleva funcionando desde 1950 construyendo muebles a medida, el objetivo de todo esto es crear espacios. Ambientes que cubran nuestras necesidades. Y que mejor época para hacerlo que los meses de verano.
¿Por qué se hacen rebajas en verano?
El verano es conocido por las rebajas de agosto, que en realidad se extienden durante buena parte del verano. Están centradas en el tema de la ropa, pero también se extienden a otros sectores como la electrónica o los muebles.
El periódico ElDiario.es nos recuerda que los periodos de rebajas los establecen las comunidades autónomas. Forma parte de sus competencias delegadas en materia de consumo. En la mayor parte de España, las rebajas de verano comienzan el 1 de julio y terminan el 31 de agosto. Sin embargo, en Cataluña y en la Comunidad Valenciana se adelantan al 27 de junio, y en Madrid comienzan el 21 de junio y terminan el 27 de septiembre.
Ante la pregunta de por qué se hacen rebajas en verano, algunos opinan que es porque estamos de vacaciones y estamos más predispuestos a comprar. Yo creo que la respuesta es incorrecta. El interés de las rebajas es despejar el stock y dejar listo el inventario de la tienda para recibir los productos de la nueva temporada. La temporada de otoño-invierno.
En los muebles y las reformas, que parece que se han sumado a esta dinámica de las rebajas, el objetivo es intentar que no decaiga el ritmo de encargos. Algunas ciudades grandes como Madrid o Barcelona se quedan medio vacías en agosto. Aunque ahora las vacaciones se han diversificado más que antes, la segunda quincena de julio y el mes completo de agosto son los periodos escogidos por la mayoría para descansar.
Pero para una pequeña empresa, que debe estar facturando continuamente, tiene que buscar soluciones para que el ritmo de trabajo no pare, o al menos, para que se resienta lo menos posible. Los descuentos en julio y agosto van en esa línea.
La cocina, la parte de la casa que más reformamos en verano.
Según la revista El Mueble, reformar la cocina es la obra que más realizamos en verano. Esta acción trae consigo un cambio de mobiliario, y puede ser que de electrodomésticos, pero suele implicar cambios más profundos. Una alteración en la distribución de los muebles supone modificaciones en los circuitos de gas y de agua. Los muebles de la cocina se montan en el sitio. Y ya que estamos metidos en faena, aprovechamos para cambiar los suelos, el alicatado de las paredes, o pintar, si es nuestra intención. La cocina se convierte, pues, en un centro de trabajo en toda regla.
A pesar de ello, tener tantos operarios trabajando en nuestra cocina nos importuna menos que si la reforma la hiciéramos en invierno. Aunque los niños no tienen colegio, por el buen tiempo que hace, no nos molesta salir a comer fuera los días que dure la obra.
Algunas familias encargan la reforma de la cocina mientras están de vacaciones. Ponen al cargo a un familiar o a un vecino para que eche un vistazo de vez en cuando. Cuando regresan a casa, solo tienen que recogerlo todo, y ya tiene la cocina como nueva para disfrutarla.
Dentro de las reformas de cocina, algunos propietarios optan por ampliarla, corriendo el tabique unos metros más para allá, comiéndole un poco de espacio al comedor, o abrirla directamente. Una opción que se ha puesto de moda y que a algunas personas les resulta interesante.
Si la cocina lo permite, colocar una isla en mitad de la estancia, es otra alternativa que se ha puesto de actualidad. Crea un espacio valioso para cocinar y ganamos metros de almacenaje.
Otras reformas que se realizan en verano.
Consultando otras webs relacionadas con la decoración y el hogar, hemos encontrado otras reformas que se suelen efectuar en verano. Son las siguientes:
- Cambio de ventanas. Cambiar las ventanas antiguas por unas nuevas de PVC, que van a aumentar considerablemente el aislamiento térmico del hogar, es otra de las reformas que más solemos encargar en los meses estivales. Como nos podemos imaginar, de esta manera estamos preparando la casa para el invierno.
- Pintar la casa. Precisamente por la razón que hemos dado antes, de que pasamos más tiempo fuera de casa, nos molesta menos el trasiego de trabajadores en nuestra vivienda. Además, al haber más horas de luz natural, el pintado de la casa se efectúa en menos tiempo. Los más aguerridos se atreven ellos mismos a pintar su casa.
- Cambio de caldera e instalación de calefacción. Aunque nos sorprenda, el verano es la época del año en la que más calefacciones se instalan. Muchos instaladores hacen descuentos especiales para los meses de verano. Las familias los aprovechan, puesto que están pensando en el invierno que llegará poco después de que se reintegren a pleno rendimiento al trabajo.
- Reformas en el exterior. Revisar tejados, fachadas, limpiar canelones son tareas de mantenimiento que se encargan bastante en verano. La verdad es que para los obreros no es muy agradable, y menos con los veranos tan calurosos que está haciendo últimamente. Pero para las familias les resulta cómodo. Parece que la casa está menos desprotegida ante las inclemencias meteorológicas. Lo que supone el momento adecuado para hacer una puesta a punto.
Algunas reformas que solemos asociar al verano, como la colocación de una piscina o arreglar el jardín, en realidad no se hacen en verano, sino al comienzo de la primavera. En los meses de abril y mayo.
Preparando la casa para la nueva temporada.
Aunque regimos los ejercicios anuales por el calendario, un año comienza el 1 de enero, nuestro ritmo de vida está influido por los cursos lectivos. Y no necesariamente porque tengamos hijos pequeños.
Con el verano, en cierto modo, ponemos fin a un periodo de actividad, al que le hemos dado el finiquito con un merecido descanso. Al concluirlo, iniciamos un periodo nuevo, repleto otra vez de actividad Si hiciéramos un paralelismo ente el día y el año, el invierno sería la mañana y el verano sería la noche. La mañana para trabajar duro, y la noche para descansar y para nosotros mismos.
Nuestro hogar es un reflejo de nosotros, es nuestro lugar de descanso, nuestro refugio. Por eso queremos dejarlo todo listo para cuando comience la nueva temporada. Para cuando lo utilicemos de verdad, cuando recurramos a él para guarecernos de las inclemencias de la vida.
No queremos que nada nos falle. Si hace frío allí fuera, queremos estar calientes en casa. Si el bullicio nos aturde, queremos estar tranquilos en nuestra morada. Si la vida nos da limones, en casa haremos limonada. Y la beberemos con los nuestros. Brindando porque seguimos al pie del cañón.
Esto es así, aunque en verano trabajemos, porque muchos de nosotros lo hacemos, las responsabilidades parecen más laxas. Sin embargo, cuando el verano termina, la rutina vuelve a coger fuerza. A dominar nuestras vidas. Necesitamos nuestro espacio personal, nuestro oasis de paz. Encarnado en nuestro hogar. Lo necesitamos para seguir avanzando.
Por eso no es extraño que cambiemos los muebles o que hagamos reformas en casa cuando llegue el verano. No es solo para preparar la casa para cuando se presente el invierno. Es para afrontar una nueva etapa. Casa nueva, vida nueva, dicen algunos. No digo que sea tan radical, pero está relacionado.


