Cualquier avance tecnológico puede suponer a su vez la innovación y la investigación en diferentes sectores. Del mismo modo, cualquier invento puede usarse para hacer cosas maravillosas o para crear otras que no lo son tanto, y en el ámbito de las impresoras 3D parece que las creaciones van todas encaminadas a la mejora en la calidad de vida de nuestra sociedad, lo que es fantástico.
Llevo años escuchando cómo pretenden crear órganos humanos con impresoras 3D para evitar así las listas de espera de trasplantes en las que mucha gente pierde la vida, y aunque esta ilusión sigue siendo solo una esperanza, cada día está más cerca de hacerse realidad gracias a científicos y técnicos que se dejan prácticamente toda su vida en conseguir este tipo de avances para la humanidad.
Y tal vez no se haya conseguido crear aún un corazón que pueda trasplantarse y dar vida en un cuerpo humano, pero lo que sí se ha conseguido es crear prótesis externas e internas para pacientes que necesitan ayuda, y todo en cuestión de horas. La última novedad al respecto nos llega desde Argentina, donde han conseguido desarrollar los primeros huesos 3D que podrían reemplazar a todo tipo de prótesis e injertos metálicos dentro del cuerpo humano ante un accidente o una enfermedad ósea.
Se trata de unos huesos impresos que son reabsorbidos de forma natural hasta que el propio organismo regenere esa pieza. Una maravilla tecnológica a la que ayuda nuestra propia naturaleza, un milagro en mi opinión, como tantos otros que consigue la medicina año tras año.
Pero las impresoras 3D tienen mucho más que aportar a nuestra sociedad. Como bien explican desde Sicnova, en España también se han conseguido hitos dignos de mención, como la primera impresora 3D de fármacos, donde se puede crear medicación personalizada para los pacientes consiguiendo que quien tiene que tomar 15 pastillas diarias tome solo 1 o 2 a lo sumo, o regulando la dosis exacta que necesita cada paciente en la creación de las pastillas, y todo en cuestión de horas.
Esta impresora permite fabricar de forma automatizada las fórmulas magistrales desde los propios hospitales, lo que aliviará enormemente la espera de pacientes y aligerará el tiempo en la toma de tratamientos.
Casas, juguetes, herramientas…
La posibilidad de crear con las impresoras 3d acaba justo en el mismo punto en el que acaba la creatividad de quien investiga o tiene la idea inicial, y es que por lo que estamos viendo hoy en día, la creación de objetos e incluso viviendas con este tipo de tecnología no tiene límites.
Así, mientras que en Cádiz un grupo de voluntarios imprime juguetes por Navidad para los niños con pocos recursos, en México levantan una comunidad de viviendas de la nada.
La iniciativa es de la organización New Story, quienes junto a la empresa Icon y la fundación Échale México han construido 50 casas para familias que antes vivían en la extrema pobreza. Son pequeñas, pero lo suficientemente grandes como para tener los recursos básicos que cualquier familia podría necesitas. Cuarenta y seis metros cuadrados de muros curvos con dos dormitorios, sala de estar, cocina y baño, un esqueleto de viviendas que se construye en unas 24 horas aproximadamente, y que en pocas horas más se completa añadiendo fontanería y electricidad.
El coste de este tipo de vivienda es muy inferior al de las viviendas de construcción tradicional y además son mucho más ecológicas, por lo que podríamos estar ante la construcción del futuro si queremos preservar nuestro planeta.
En Valencia, cuatro ingenieros españoles de la Universidad Politécnica crearon la primera vivienda totalmente impresa en 3D “in situ”. Tiene 6 metros de ancho y tres de alto, pero aseguran que se pueden crear hasta viviendas de 60 metros cuadrados con su técnica y en solo 12 horas.
Ahora bien ¿se pueden imprimir casas más grandes? Pues por lo visto sí, lo que pasa es que la idea de la rapidez y la economía se pierde por el camino. En china se construyó una mansión de 1.100 metros cuadrados muy cerca de Shanghái utilizando escombros reciclados, fibra de vidrio, acero y cemento. Se construyó en un mes y se invirtió 150.000 euros para conseguirlo.
¿Y edificios? ¿Se podrían imprimir edificios enteros? Pes en realidad ya se ha hecho, con cinco pisos y también en china, justo al lado de la mansión de 1.100 metros cuadrados y construido por la misma compañía. Se utilizaron los mismos materiales reciclados aunque llevó más tiempo su construcción.
Otros países como Rusia, Estados Unidos y Francia también lo han conseguido con cabañas e incluso viviendas autosuficientes. ¿Será la impresión 3D el futuro en todos los sectores? ¿el futuro tal vez de la fabricación y construcción? Yo creo que sí.