Un nuevo concepto aplicado a las ciudades, y cada vez más presente en las mismas, está dando un giro copernicano a la forma tradicional de entender el mundo. Estamos hablando de las smart city o las ciudades inteligentes.
¿Qué son las ciudades inteligentes?
Son aquellas ciudades que apuestan por mejorar la vida de sus habitantes y, a la vez, por la sostenibilidad, encontrando el equilibrio entre el bienestar de los ciudadan@s, y al mismo tiempo cuidar el entorno. Una Smart City puede considerar diferentes ámbitos o entornos de la ciudad a través de los servicios que ésta ofrece. En Rielec, automatización industrial, están convencidos de que es el desarrollo coordinado y coherente de todos ellos, lo que permitirá identificar una ciudad como inteligente. Rielec diseña, monta e instala cuadros eléctricos de diversos tipos, tanto de potencia como de maniobra, desde los más sencillos a los más complejos, pupitres de control, automatismos sinópticos, cuadros neumáticos, ofrecemos soluciones RFID en España y sistemas RFID y botoneras de maniobra usando siempre materiales de primera calidad para asegurar un resultado óptimo y una mayor durabilidad. Contamos con personal especializado y con una amplia experiencia, que presta dos tipos de mantenimiento, el correctivo y el preventivo.
Eficiencia energética y sostenibilidad, dirigido a un equilibrio con el entorno y los recursos naturales.
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) como soporte y herramienta facilitadora para la provisión de servicios.
¿A quién va dirigido este nuevo concepto?
El ciudadan@ (individual y privado o como colectivo, desde el punto de vista laboral o persona/ocio) como pieza fundamentale en el desarrollo de la ciudad, es el receptor principal de los servicios que se ofrecen. También se dirige a las administraciones públicas, cuyo objetivo es ofrecer nuevos y mejores servicios. Así como a los entornos (respaldados por sistemas tecnológicos) en los que se desarrolla la vida de la ciudad: hogares, empresas, movilidad, turismo, asistencia socio-sanitaria, etc. Estos factores, afirman desde Rielec, crean una diversidad de entornos sobre los que se desarrollan las tecnologías que conforman lo que se denomina Ambient Intelligence (Inteligencia Ambiental) y con servicios disponibles y ubicuos (ubiquity: anywhere – anytime – any device)
Y es que las ciudades no paran de crecer, por lo que conseguir un futuro cómodo y sostenible para los ciudadanos y ciudadanas depende de proyectos tecnológicos inteligentes.
Smart city, el origen
Una ciudad inteligente es capaz de responder adecuadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas, y de la propia ciudadanía, tanto a nivel económico, como en los aspectos operativos, sociales y ambientales, y nacen en España en el año 2004 tras un trabajo que realizó el Ministerio de Industria con la elaboración del primer programa de Ciudades Digitales de todo el mundo. Previavemente, la empresa española ACCEDA reunió, en un acontecimiento pionero, a más de 30 empresas de diferentes sectores (telecomunicaciones, seguridad, construcción, audiovisual, electrónica de consumo, material eléctrico, informática, salud, educación, etc), junto a los gobiernos de regiones y ciudades españolas, para crear lo que se ha dado a conocer con el nombre de Comunidad Digital. Como resultado, surge una ciudad de 5.000 m2 que incluía viviendas, un banco, hospital, hotel, oficina de tributación, correos, oficinas de gobierno, escuela y todo en un entorno urbano con alumbrado público, semáforos, mobiliario urbano y todo lo que conformaría una ciudad verdadera, pero en una presentación de formato cinematográfico. Hoy, ha desaparecido, pero han posibilitado este nuevo concepto de ciudad inteligente que se valen de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en prestación de servicios públicos de alta calidad y calidez, seguridad, productividad, competitividad, innovación, emprendimiento, participación, formación y capacitación.
¿Qué ciudades pueden ser consideradas inteligentes?
Una ciudad puede llamarse inteligente siempre que las inversiones que se realicen en capital humano (educación permanente, enseñanza inicial, enseñanza media y superior, educación de adultos…), en aspectos sociales, en infraestructuras de energía (electricidad, gas), tecnologías de comunicación (electrónica, Internet) e infraestructuras de transporte, se encaminen hacia el aumento de la calidad de vida, el desarrollo económico sostenible, un gobierno colaborador, y una buena gestión de los recursos naturales y del tiempo de la ciudadanía.
Una ciudad inteligente se caracteriza principalmente por su carácter multidimensional, que implica a diferentes actores (ciudad, territorio, barrio o edificio inteligente) y dominios, pero también el desarrollo y aprovechamiento de las nuevas tecnologías.