Empresas que apuestan por la mentalidad verde

Ahora mismo no nos queda otra que pensar en verde. No es cuestión de dejar de comer chuletones, como dice el ministro Garzón, la idea es que tenemos que pensar mucho más en el futuro del planeta. Y no por nosotros, ni por nuestros hijos, sino por las siguientes generaciones. A ellos les debemos muchas cosas, entre ellas dejar un planeta más verde. Por eso, hoy queremos hacer una mención especial para las empresas que apuestan por la mentalidad verde.

Una encuesta realizada por la OCU nos dice que somos muchas las personas que queremos saber si las empresas que fabrican los productos que consumimos favorecen la protección medioambiental. Y las empresas lo saben, por eso, aunque no sabemos si lo hacen de corazón, apuestan por políticas medio ambientales. Sus estrategias de comunicación lo demuestran, intentan transmitir valores a través de alegaciones verdes o de protección medioambiental. Pero no siempre estas afirmaciones se basan en comportamientos respetuosos con el medio ambiente. Esta práctica de blanqueo se conoce como Greenwashing. Es marketing, puro y simple marketing teñido de verde, y eso lo saben muchos consumidores. Se trata en el fondo de una estrategia de comunicación basada en exageraciones, oportunismo y cambio de foco para poner en valor solo los datos que les interesan a la empresa, distorsionando a su favor su compromiso real con el medioambiente. Es una estrategia muy dañina, porque dificulta hacer una compra informada y acapara de manera ilegítima la sensibilidad verde de los consumidores comprometidos.

Plásticos

El plástico es, sin duda, uno de los principales elementos que contaminan. Sin embargo, no es cuestión de criminalizarlo, lo que hay que hacer es apostar por otra mentalidad. Llamamos a a puerta de Plásticos Genil, una empresa que está especializada en la fabricación y comercialización de bolsas de plástico biodegradables y compostables, idóneas para el comercio por su resistencia, flexibilidad y comodidad.

Estas bolsas de plástico para comercio, biodegradables, baratas y de primera calidad, son fabricadas con materias primas procedentes del almidón de maíz o de patata, bajo unos estrictos estándares de calidad que cumplen con la normativa EN 13432 que regula las bolsas biodegradables compostables. En todas estas bolsas de plástico biodegradables para farmacia y comercio aparecen claramente impresos, según las exigencias de la norma, los logotipos que la identifiquen como fabricada con materiales biodegradables compostables, los logos de la entidad certificadora que ha auditado el material del fabricante de la bolsa de plástico como material biodegradable compostable y el número de certificado del fabricante.

Además, estás bolsas biodegradables para comercio están certificadas por la Firma Vincotte y en Andalucía están exentas, junto las bolsas reutilizables, del pago de la tasa a la bolsa. De esta manera se puede comprobar que las empresas pueden pensar en verde, aunque sea un sector tan complicado el del plástico.

Industria verde

Un ejemplo representativo de las llamadas industrias verdes lo tenemos en Dassault Systémes que desarrolla soluciones digitales para empresas y gobiernos. ¿Cómo colabora con el medio ambiente? Pues fabrica universos virtuales para proyectos sostenibles. Es por este motivo que centra su actividad en el sector de las energías renovables, ayudando a reducir los contaminantes por la producción basada en el carbón.

Su estrategia está orientada a obtener ingresos que procedan de fuentes limpias para reducir la huella del carbón. Se especializa en combustibles renovables y materiales biológicos, consiguiendo una reducción en la emisión de gases del 80%.

EL reloj del fin del mundo. El llamado Doomsday Clock o también conocido como el Reloj del Fin del Mundo y para los más fanáticos como el Reloj del Apocalipsis o el Reloj del Juicio Final, es un dispositivo o herramienta simbólica con características de un reloj el cual, a través de sus manecillas, establece el tiempo para el mundo llegue a la medianoche, representada por el fin del mundo. Pese a ser un instrumento científico, está al alcance de la sociedad para que todos puedan saber cuándo es el fin del mundo según los científicos.

La encuesta de OCU, representativa de la población española, muestra la percepción que tienen los consumidores de las prácticas de las empresas en relación con la sostenibilidad y medio ambiente y el uso comercial que las empresas hacen de estas alegaciones. Ante esta situación, sea bien por interés o no, lo que tienen que hacer las empresas es apostar por este tipo de políticos. Sin duda, lo mejor para poder dejar un mundo mejor a las futuras generaciones.

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